Saturday, April 15, 2006

Capítulo 2


Capítulo 2
Una figura corría hacia él en la distancia. Crecía a medida que se acercaba. Era su hermano.
-¡Corre! – gritó el hermano-. Corre con todas tus fuerzas. Yo cuidaré del rebaño.
¿Por qué?
Un anciano, un sabio, está en casa. Quiere conocer a los ocho hijos de Isaí y los ha visto a todos menos a ti.
¿Pero por qué?
¡Corre!
David corrió. Se detuvo sólo el tiempo suficiente para recobrar el aliento. Después, con el sudor corriendo copiosamente sobre las mejillas bronceadas por el sol, y el rostro enrojecido haciendo juego con su rojizo pelo crespo, entró en la casa de su padre, grabando con sus ojos todo lo que veía.
El hijo menor de Isaí estaba allí en pie, alto y fornido, sobre todo antes los ojos del curioso visitante. La familia casi nunca puede percatarse de cuando un hombre ha crecido, ni siquiera al mirarlo de frente. El anciano lo notó. Y advirtió también algo más. De algún modo supo lo que Dios sabía.
Dios había hecho una encuesta casa por casa en todo el reino en busca de algo muy especial. Como resultado de esta encuesta, el Dios omnipotente había notado que este trovador, que tiraba piedras con su honda, amaba a su Señor con un corazón más puro que cualquier otro en toda la tierra de Israel.
Arrodíllate- dijo el barbudo de luenga cabellera encanecida.
Se arrodilló casi regiamente, al menos para quien nunca había estado en esa peculiar posición, y sintió que el aceite se derramaba sobre su cabeza. En algún lugar en el archivo de su mente, con el rótulo "datos de la niñez", se rememoraba este pensamiento: "¡Esto es lo que hacen los hombres para investir a un rey! Samuel me está convirtiendo en... ¿qué?"
Las palabras hebreas eran inequívocas. Hasta los niños las sabían.
¡He aquí el ungifo del Señor!
Un días formidable para la vida de un joven, ¿no es verdad? ¿No es entonces extraño que este acontecimiento sumamente notable condujera al joven no al trono, sino a una década de infernal agonía y sufrimiento? Aquel día David fue inscrito no en el linaje de la realeza, sino en la escuela del quebrantamiento.
Samuel se fue a su casa. Todos los hijos de Isaí, excepto uno, se fueron a la guerra. El menor, tierno aún para ir a l campo de batalla, recibió, no obstante, un ascenso en la casa de su padre... de pastor a ayudante de camarero. Ahora su nuevo trabajo era llevar alimento a sus hermanos en la línea del frente. Hacía esto con regularidad.
En una de las tales visitas al frente de batalla, mató un oso exactamente de la misma manera que lo hizo la primera vez. Sin embargo, este oso tenía una altura de tres metros y era humano. Como resultado de esta proeza extraordinaria, el joven David se vio de pronto convertido en héroe popular.
Por último, se encontró metido en el castillo de un rey loco. Y en circunstancias tan locas con el rey, el joven iba a aprender muchas cosas indispensables.

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