Saturday, April 15, 2006

Introducción


Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mi; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe ...
Oseas 8:4


Querido Lector:
Es un placer y un privilegio pasar este tiempo con usted. Gracias por su compañía. Le sugiero que nos apresuremos a entrar al teatro porque veo que ya están apagando las luces.
Hay dos localidades no lejos del escenario reservadas para nosotros. Sentémonos en seguida.
Tengo entendido que la trama es del género dramático. Espero, sin embargo, que no la encuentre demasiado triste.
Creo que la historia se divide en dos partes. En la primera se presenta a un rey anciano llamado Saúl y a un pastorcillo llamado David. En la segunda aparece de nuevo un rey anciano y un joven. Pero esta vez el rey anciano es David y el joven es Absalón.
El agumento es una descripcción gráfica - un boceto al carbón, si usted prefiere - de la obediencia y la autoridad en el reino de Dios.
Han apagado las luces; los actores están en sus puestos. El público ha guardado silencio. Ya sube el telón.
Ha comenzado nuestra historia.

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